viernes, 6 de junio de 2008

Microrrelato

Cuando yo era pequeña, jugaba con mi hermano.

Una semana santa fuera de casa:

La semana santa del 2008 a sido una semana santa bastante atareada,los primeros días estuvimos en Sevilla, viendo cada cofradia que salia,claro que aquellas que pudimos ver porque esta semana santa a sido pasada por agua. El miércoles santo nos fuimos a la playa de punta umbría a pasar algunos días...de repente el viernes santos estábamos dando un paseo por la calle ancha (donde están los comercios, bares,etc...) y notamos que sonaba algo parecido a una marcha de semana santa, pero no le dimos mas importancia. A la hora de cenar, lo hicimos en un bar cuando empieza la gente a retirarse, no sabíamos que pasaba,pero también nos retiramos...al rato nos dimos cuenta que en el pueblo también sale el viernes santo una cofradia. lo pasamos muy bien.

Rubén Darío, A MARGARITA DEBAYLE 1908

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.

Este era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes.

Un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti.
Cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo:
"¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
¿que encendido se te ve?"

La princesa no mentía,
y así, dijo la verdad:
"Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad.

"Y el rey clama: "¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar.

"Y dice ella: "No hubo intento:
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté.

"Y el papá dice enojado:
"Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver.

"La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el buen Jesús.

Y así dice: "En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí.

"Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesa está bella,
pues ya tiene el prendedor,
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento

Ya que lejos de mí vas a estar
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.